El forastero llego del otro lado de las montañas hasta el valle. Su aspecto era distinto, la lengua que hablaba sonaba inconmprensible y ajena, las frutas que traia en su mochila tenian un olor extraño y su posible sabror nos era desconocido.
La gente, al principio, se divirtió con su exótico aspecto, su color, pero, cuando el forastero decidio quedarse, conmezaron a mirarlo con malos ojos: ¿Quién era?¿Qué hacía aquí? ¿Cuál era su oficio? ¿Cuales eran sus sueños? Todo en él se nos hacía diferente, oscuro, temible, desconocido. Se contaban tantas cosas de la gente del otro lado de las montañas.
Yo decidi, una mañana como la de hoy, comprobar si eran ciertas esas historias. Me acerque a el con tiento y lo toque: para mi sorpresa, su piel era tan calida como la de cualquier hombre o mujer. Se giro, y en sus ojos leía que mí aspecto para él era fistinto, que mi lengua le sonaba icomprensible y ajena, y que los frutos de nuestro valle tenian para él un olor extraño y un sabor desconocido.
Fecha de publicación: | 2006 |
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Autor o Entidad Autora: | Márquez, Vito |
Editor: | D.G. de Coordinación de Políticas Migratorias. Consejería de Gobernación. Junta de Andalucía. |
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